Urgencias hospitalarias
Desde el jueves empecé a tener dolor de cabeza, garganta... y dolor corporal en general; lo que viene siendo síntomas de gripe.
El viernes no fui a trabajar y me quedé en la cama sudando la fiebre. El sábado más de lo mismo hasta que a las 3:33 me desperté con frío y mucho dolor de garganta. A las cinco de la mañana, cuando Borja volvió de fiesta nos fuimos a urgencias al hospital más cercano que tenía: The Royal London Hospital.
Las urgencias aquí funcionan muy parecido a cómo lo hacen en España. Primero, en recepción, cuentas tus síntomas y das tus datos personales. Una vez hecho eso te sientas en una silla incómoda y esperas media hora a que un doctor salga a nombrarte. Mi doctor era británico, le tuve que explicar mis síntomas, me miró la garganta con la linterna de su móvil, me tomó la tensión y me puso el termómetro.
Después desapareció y vino una enfermera. Española. Madrileña. Thanks God. Me hizo varias preguntas en las que tenía que decir de 0 a 10 cuánto me dolían qué cosas, luego me sacó sangre mientras me decía que se mareaba con las agujas y luego me llevó en silla de ruedas a un cubículo mientras me decía que se le "daba fatal conducir esas cosas".
En el camino de una sala a otra me contó que había tenido suerte porque esa noche apenas había pacientes -yo pensé bien, me atenderán pronto- y no iba a tener que quedarme aparcada en un pasillo. Como ya os he dicho, la sanidad aquí es como en España.
Tras un paracetamol, codeína y una hora entró otro médico. Éste era argentino, así que la comunicación fue absolutamente genial. Dos horas después, ya con los resultados del análisis de sangre, me dijo que tenía que seguir tomando paracetamol e ibuprofeno.
Al tener un gp asignado, no me dieron informe ni nada, así que me quitaron la vía y me fui a casa. También le pregunté si me podían dar un justificante, ya que hoy me tocaba ir a trabajar tres horas, y me explicó que en Reino Unido existe una ley con la que puedes "auto diagnosticarte" y estar malo durante cinco días seguidos. A partir de esos cinco días, si crees que necesitas más, puedes acudir al gp y discutirlo con él.
El viernes no fui a trabajar y me quedé en la cama sudando la fiebre. El sábado más de lo mismo hasta que a las 3:33 me desperté con frío y mucho dolor de garganta. A las cinco de la mañana, cuando Borja volvió de fiesta nos fuimos a urgencias al hospital más cercano que tenía: The Royal London Hospital.
Las urgencias aquí funcionan muy parecido a cómo lo hacen en España. Primero, en recepción, cuentas tus síntomas y das tus datos personales. Una vez hecho eso te sientas en una silla incómoda y esperas media hora a que un doctor salga a nombrarte. Mi doctor era británico, le tuve que explicar mis síntomas, me miró la garganta con la linterna de su móvil, me tomó la tensión y me puso el termómetro.
Después desapareció y vino una enfermera. Española. Madrileña. Thanks God. Me hizo varias preguntas en las que tenía que decir de 0 a 10 cuánto me dolían qué cosas, luego me sacó sangre mientras me decía que se mareaba con las agujas y luego me llevó en silla de ruedas a un cubículo mientras me decía que se le "daba fatal conducir esas cosas".
En el camino de una sala a otra me contó que había tenido suerte porque esa noche apenas había pacientes -yo pensé bien, me atenderán pronto- y no iba a tener que quedarme aparcada en un pasillo. Como ya os he dicho, la sanidad aquí es como en España.
Tras un paracetamol, codeína y una hora entró otro médico. Éste era argentino, así que la comunicación fue absolutamente genial. Dos horas después, ya con los resultados del análisis de sangre, me dijo que tenía que seguir tomando paracetamol e ibuprofeno.
Al tener un gp asignado, no me dieron informe ni nada, así que me quitaron la vía y me fui a casa. También le pregunté si me podían dar un justificante, ya que hoy me tocaba ir a trabajar tres horas, y me explicó que en Reino Unido existe una ley con la que puedes "auto diagnosticarte" y estar malo durante cinco días seguidos. A partir de esos cinco días, si crees que necesitas más, puedes acudir al gp y discutirlo con él.
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