Hoy he trabajado en un sitio que se llama Pajillero

Por fin me he quitado de encima el olor a guacamole. Recapitulemos.

Ayer me pasé toda la mañana mandado currículos y dándome de alta en 47 páginas de empleo. A medio día me llamaron de uno de los sitios para tener un meeting, me dijo el código postal -aquí las direcciones se buscan por el código postal- y lo apunté mal porque no entendía nada de lo que me estaba contando. Como no sabía dónde era, busqué el teléfono en Google y tachán tachán: lo encontré. Bien.

Media hora después de llamaron del sitio en el que hice la prueba de trabajo y que en un principio no me habían llamado. Me dijo que solo necesitaban un chicO bla bla bla bla y que en Liverpool Street -a dos paradas de mi casa- necesitaban gente. Me envió un sms con las indicaciones horario y demás y me puse hiper contenta. Muy bien. 

Por la tarde vinieron a quitarnos el moho de las paredes y pintaron un poco. Hemos dormido con las ventanas abiertas porque no se terminada de ventilar -recalco que no he podido averiguar dónde está el termostato y por ello, no tengo calefacción-. Como entraba a currar a las 7 de la mañana, me fui a dormir con la alarma puesta  las 05:20 Hello ojeras!

Borja llegó del trabajo a las 03:40, por lo que dormimos juntos nada y menos. Ya en el trabajo, mi manager me informaba de que iba a entrar a trabajar en los próximos días a las 6 de la mañana para preparar no sé qué. Mi cara debió ser un poema porque acto seguido me dijo que si no quería le avisara en ese momento. Yo lloré para dentro y dije que me quedaba aunque por dentro maldecía mi vida por no poder ver a mi novio apenas nada aún viviendo juntos.

Me metieron en cocina y un chico muy majo me enseñó a preparar ingredientes. Todo muy bien pero muchas cosas. Después del break cambié de "jefe" y estuve haciendo prácticamente lo mismo con otra chica. A las 13:30 esa chica me avisó de que tenía media hora para rellenar todos los ingredientes que hicieran falta, limpiar la cocina y decir qué había que descongelar para mañana.

Finalmente me han dicho que el puesto que tenían disponible era muy difícil, muy cansado, que había que hacer muchas cosas, que si yo me veía preparada, que si iba a poder con todo, que yo tendría que ser la dueña de la cocina, bla bla bla. Total, que una vez más mañana me llamarán para decirme si me quedo en ese restaurante o si me mandan a otro donde haya otro puesto más fácil. Así que nada, lo mismo del otro día en la misma cadena. Se supone que mañana le tengo que dar mi número de cuenta para cobrar mis horas de hoy.

Después de salir de currar he ido al centro a abrirme la cuenta bancaria. Por fin algo sale bien y no me han puesto pegas para nada. El banquero era muy guapo, muy negro, muy majo y muy que no le pegaba ser banquero.

Según he salido de banco he ido a una entrevista de trabajo en sudadera, zapatillas y olor a guacamole. El sitio era lo más pijo del lugar. Me ha tenido esperando 20 minutos, ha venido me ha hecho preguntas del tipo: cómo te llamas, qué tal estás, cuántos años tienes... y que le contara algo de mi vida. Mientras le respondía ella miraba hacia otro lado y luego me miraba con cara de estoy viendo una aparición. Finalmente me ha dicho que mañana vaya a una prueba de trabajo a las 12 y que tengo que llevar camisa blanca, pantalones negros y zapatos negros. Solo tengo pantalones negros.

He ido al metro y había tanta gente esperando en los pasillos que van al andén que me he dado la vuelta y he salido a la calle. Para volver a casa tenía dos opciones:
1. O me metía en esa marabunta de gente e intentaba no sufrir ataques de ansiedad
2. O cogía un bus que me deja en casa pero que tarda una hora.

Muchos semáforos y atascos después, he llegado a casa y he llorado muy fuerte. Me he duchado y me he metido en la cama hasta que mi amiga ha venido y hemos llorado juntas.

PD: no me llaméis al número español porque me llegan mensajes cada cinco minutos y voy a terminar ahorcándome con la cuerda de tender.

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