Mi primera lavadora desde el sábado

Hoy por fin he podido poner una lavadora. He metido muuuuuucha ropa interior, alguna camiseta sudada de estrés y la toalla que compré en Primark que soltaba pelusas y que he usado a pesar de que olía a tienda.

Cuando he sacado la ropa he visto como mi toalla roja ha hecho que los calcetines y una camiseta de Borja ahora sean rosa chichi. Os juro que he metido en la lavadora una toallita atrapa color porque sabía que la toalla iba a hacer una masacre, pero ha sido incontrolable. Esto no me lo va a perdonar nunca... de hecho tengo miedo de que llegue a casa y la vea.

Después me he dispuesto a estrenar el tendedero que inventé con una cuerda enganchada a la pared y a la barra de las cortinas. 10 segundos después de oído como el gancho de la pared se empezaba a despegar y todo se me caía al suelo. He terminado tendiendo encima de maletas, muebles y en el alfeizar de la ventana.

He vuelto a casa hace apenas una hora y esperaba que mi ropa estuviera medio seca después de dejar las ventanas abiertas y las cortinas descorridas. Pues no. Está todo tan mojado como cuando lo saqué de la lavadora. He vuelto a poner la cuerda y he tendido solo bragas, calzoncillos y calcetines. Cinco minutos después he vuelto a oír como el gancho se despegaba, y por más que he corrido en estos 10 metros cuadrados no he conseguido llegar a tiempo. Toda la ropa, otra vez, en el suelo.

Tengo que comprar un tendedero. Y toallitas más absorbentes de color.

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